Recuerdos de teleoperadora

Con el maravilloso horario irregular, no sabré si puedo quedar el mes que viene hasta que salgan los horarios y la vida es una sorpresa...

¡Igual no tengo que trabajar el sábado!

Pero bueno, día tras día vas a trabajar en aquello que parece una cajita o incluso una cuadra con otras tantas mujeres…algún que otro hombre (la mayoría gay),

Donde tienes tu ordenador y tu teléfono con esos preciosos cascos por los que escuchas de todo.

Recuerdo aquel salido que se dedicaba a llamar a todas horas y que se conocía a toda la plantilla y los niños aburridos en verano… cuánta gente sola.

Llega el momento de tu descanso: 5 minutos de reloj cada hora y 20 minutos para comer, sí , de reloj, va controlado con el teléfono futurista.

Desde aquí un llamamiento a la gente que tiene que ponerse en contacto con una teleoperadora:

- Tome asiento

- Paciencia...mucha paciencia

- Sobretodo no la tome con la teleoperadora...podemos ser su peor pesadilla y no avanzará nada, garantizado.

No es que seamos incompetentes… o lentas, sino que no disponemos de medios, medios que evidentemente no ponemos nosotras, así que si la tomas con una trabajadora, ella tiene las siguientes opciones:

colgar ( hay veces que se corta la llamada "accidentalmente")

no hacer caso a su petición

tardar horas manteniéndole a la espera con esa música infernal y tomárselo con calma ya que le ha tocado alguien que le ha puesto de los nervios y necesita relajarse.

Y así es, sientes que el círculo se cierra, aunque te estén mangoneando puedes tener la falsa impresión de que le puedes robar el tiempo a alguien.



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