Cristóbal y Mercedes, un matrimonio normal, estaban peleando mucho últimamente en la casa y en una de esas discusiones deciden que no se van a hablar más.
Ya se sabe, la famosa ley del "silencio/hielo", ninguno le hablaba al otro y viceversa.
Pero un día Cristóbal se da cuenta de que necesita que su esposa lo despierte al día siguiente a las 7.00 a.m. (el despertador estaba estropeado).
Tenía una importante partida de golf y Mercedes debía levantarse ese día a las 6,45 a.m. como todos los días laborables, gracias al casi inaudible sonido de su precioso reloj/despertador de pulsera que él le había regalado.
Como no quería ser el primero en romper el silencio (y así perder esa batalla), le escribe en un papel: "por favor, Mercedes, levántame a las 7.00 a.m."
A la mañana siguiente Cristóbal se levanta y se da cuenta que son las 9.00 a.m. y que la partida de golf y quizá también el importante cliente, se habían ido al carajo.
Furioso, se levanta pensando en las burradas que le iba a escuchar Mercedes (ni ley del silencio ni leches).
En eso encuentra un papel pegado en la cama que decía: "Cristóbal, son las 7.00 a.m., levántate".
Moraleja: los hombres no están equipados para ganar este tipo de batallas
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