El otro día fui a cenar a un restaurante de los que hay muy pocos en Madrid y es una pena porque triunfa, el origen de su éxito es que además de ser económico, es rápido y cómodo. La comida se mueve en unas bandas metálicas y tú vas cogiendo los platos que quieras, cada uno tiene un color porque tiene un precio diferente, hay platos desde 1 a 4.50€ se llama Pink Sushiman
y desde luego que no os dejará indiferentes, sobre todo por la decoración estilo Ikea que te hace sentir como en casa y que ves cómo te preparan la comida mientras comes, está en la calle Caballero de Gracia nº8 .
Y... ¿pegas? es un poco pequeño pero lo compensa el excelente personal, tenemos una próxima franquicia.
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